- El periodo de recepción de obras para sus dos secciones oficiales competitivas, la canaria y la internacional, se cierra el 13 de julio
- La temática de los cortometrajes es totalmente libre y se realiza a través de la web del festivalwww.granangularcanarias.com
- El festival que impulsa el colectivo Gran Angular sigue haciendo del cine un ejercicio de conciencia con una nueva edición cuyo lema, ’Cine y Migración’, se celebra del 8 al 14 de noviembre
7/07/25. Hasta el 13 de julio está abierto el plazo para presentar cortometrajes a la XXI edición del Festival San Rafael en Corto (SREC), una cita que volverá a transformar Santa Lucía de Tirajana en un punto de encuentro para el cine social y la reflexión compartida, del 8 al 14 de noviembre.
Organizado por la Asociación Cultural Canaria Gran Angular, el festival se consolida como una plataforma única para creadores locales, nacionales e internacionales, que ven en este certamen un espacio donde las historias que incomodan, conmueven o transforman tienen voz en la pantalla. “Desde sus orígenes este festival tuvo claro que venía a suplir una carencia en el panorama cinematográfico de Canarias”, afirma Agustín Domínguez, director de SREC. “Con el tiempo, hemos convertido el teatro Víctor Jara en lugar de encuentro para el cine canario, lanzadera de proyectos que difícilmente tendrían cabida en otros espacios de exhibición”.
Migrar es un derecho
Este año, el lema elegido por el citado festival es ‘Cine y Migración’, una apuesta valiente por acercarse desde la gran pantalla a una de las realidades más urgentes y complejas de nuestro tiempo. Aun así, la temática del certamen es libre, y el festival ya ha recepcionado más de 200 obras que abordan desde la migración hasta cuestiones como la violencia de género, el racismo, la amistad o el derecho a la diferencia. “Queremos desmitificar la migración, que se ha convertido en un fenómeno oscuro en nuestra sociedad. Nos interesa generar un diálogo real, entender que migrar es un derecho humano”, explica Domínguez. “Este año nos abrimos a historias que conecten con lo humano, vengan de donde vengan”.
Las inscripciones de los cortometrajes se realizan de forma sencilla a través de un formulario en la web del festival (www.granangularcanarias.com), y el envío de obras puede hacerse mediante plataformas como Movibeta o Festhome. “Lo que buscamos - señala Domínguez - es que el contenido tenga alma, que hable de las personas, que remueva por dentro. Lo técnico importa, sí, pero el cine social no se mide solo por el encuadre, sino por lo que nos hace sentir”.
El festival mantiene dos grandes secciones: la canaria y la internacional. “El lenguaje del cine es universal, y cada año nos sorprende ver cómo problemas comunes se abordan desde miradas muy distintas”, dice Domínguez. “Eso enriquece al público y rompe barreras, no solo físicas, sino morales. SREC ha recibido cortos de más de 30 países, y cada edición se convierte en una oportunidad para descubrir cómo se vive lo humano desde otros lugares del mundo”.
Según palabras de su director, SREC no solo proyecta cortos, “proyecta conciencia. Porque en una misma noche puedes emocionarte con obras premiadas con el Goya, descubrir nuevas voces canarias o reflexionar sobre la migración, el odio o la ternura. Porque el lema de este año —"Migrar es un derecho"— no es una consigna, es una invitación a mirar de otra manera.
Durante la tercera semana de noviembre el Festival San Rafael en Corto activa el diálogo con los espectadores partiendo de la premisa “que todos los seres humanos siempre nos hemos movido de un lugar a otro por distintos motivos, para crear nuestro hogar, para buscar trabajo, etc.. porque somos seres migrantes, movimientos a veces realizados de forma voluntaria y otras de manera forzada”, hasta concluir con la explicación de la necesidad que tiene España, según estudios económicos recientes, de recibir más de 1 millón de migrantes al año, “para mantener la estructura de la pirámide de edades y así garantizar el estado de bienestar y las pensiones a sus ciudadanos, sino consigue incrementar ese tramo de la pirámide donde se concentra la población en edad de trabajar y la posibilidad de incrementar la tasa de natalidad, para que no afecte a la economía nacional”, apunta Domínguez.
Cine con clase: cuando educar es también proyectar
Uno de los pilares del festival es su carácter educativo. Desde sus primeras ediciones, se han consolidado espacios como "Cine con clase" (dirigido a Primaria) y "Cine con educación" (para Secundaria), que llegan a centros escolares de varios municipios de Gran Canaria y del resto del Archipiélago. “Conectar con el profesorado y el alumnado ha sido una meta desde el inicio. Plantar esa semilla educativa a través del cine nos permite hablar de paz, justicia, equidad… sembrar valores de forma audiovisual”.
“Nos emociona ver cómo el teatro se sumerge en silencio cuando se apagan las luces y se enciende el proyector”, concluye Domínguez. “Esa magia nos recuerda por qué el cine importa, y por qué seguimos aquí, 21 ediciones después”.